Probablemente te hayas encontrado en esta situación: tu receta solo requiere claras de huevo , así que llenas el refrigerador con un recipiente lleno de yemas de huevo, pero cuando decides qué hacer con ellas, ya se han echado a perder. Aunque no se recomienda congelar huevos enteros e intactos, puedes congelar las yemas de huevo si las tratas primero, pero no puedes simplemente tirar el recipiente al congelador.
Las yemas de huevo se espesan cuando se congelan y adquieren una consistencia gelatinosa. Si las congelas tal como están, no podrás usarlas en ninguna receta. El truco es batir las yemas hasta que estén suaves y agregarles sal, azúcar o jarabe de maíz antes de congelarlas. Para cuatro yemas de huevo, agrega 1/8 de cucharadita de sal o 1 1/2 cucharadita de azúcar o jarabe de maíz.
Etiqueta el recipiente o la bolsa con cierre hermético con el número de yemas, la fecha y si has añadido sal o edulcorante, lo cual es importante para saber cuándo puedes utilizar las yemas para un plato principal o un postre. Congela los recipientes hasta por un año.
Descongele el recipiente con las yemas de huevo congeladas durante la noche en el refrigerador o bajo un chorro de agua fría. Use las yemas tan pronto como se hayan descongelado. Sustituya 1 cucharada de yema de huevo descongelada por 1 yema de huevo fresca grande en su receta. Use huevos congelados descongelados solo en platos que estén bien cocidos.
- Guarde los huevos crudos en el refrigerador en el cartón en el que vienen, que está diseñado para protegerlos de absorber olores de otros alimentos y para evitar la pérdida de humedad.
- Mantenga los huevos frescos y crudos con cáscara refrigerados en sus cartones durante al menos cuatro a cinco semanas después de la fecha de envasado o aproximadamente tres semanas después de llevarlos a casa.
- No dejes los huevos colgados en una cesta. Envejecen más en un día a temperatura ambiente que en una semana en el frigorífico.
- Tan pronto como se enfríen los huevos duros, refrigérelos con sus cáscaras y úselos dentro de una semana.
- Refrigere las claras de huevo sobrantes en un recipiente tapado por hasta cuatro días.
- Guarde las yemas sobrantes en agua en un recipiente tapado en el refrigerador y úselas en uno o dos días. Si no puede usar las yemas rápidamente, congélelas.