La quinoa es técnicamente una semilla (considerada un pseudocereal) que contiene la friolera de ocho gramos de proteína por porción (1 taza). Es una proteína completa, que contiene los nueve aminoácidos esenciales, algo que rara vez se encuentra en los alimentos de origen vegetal. Y, por si fuera poco, la quinoa tiene un alto contenido de fibra, es rica en vitaminas y minerales y no contiene gluten. Esto hace que este superalimento sea un ingrediente ideal para quienes siguen una dieta vegetariana, vegana o sin gluten.
La quinoa está disponible en varios colores, entre ellos, blanco, rojo, negro, morado y amarillo. El blanco es el más esponjoso, mientras que los colores más oscuros aportan un toque más crujiente a tus platos. Cuando se trata de cocinar quinoa, si sabes cómo cocinar arroz, entonces estás listo. El método es básicamente el mismo, aunque la quinoa se cocina en menos de la mitad del tiempo que algunas variedades de arroz. Si bien existen otros métodos de cocinar quinoa, incluso en una olla arrocera, este método de cocción en la estufa producirá quinoa perfecta en todo momento.
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Tabla de Contenidos
Medir la quinua y el líquido
Antes de empezar a cocinar, debes calcular la cantidad de quinoa cocida que quieres obtener. La quinoa triplica su tamaño cuando se cocina, por lo que si quieres obtener 3 tazas de quinoa cocida, mide 1 taza de quinoa seca. Si quieres obtener 2 tazas de quinoa cocida, mide 2/3 de taza de quinoa seca, etc.
Para cocinar la quinoa, se utiliza una proporción de 2:1 de líquido por quinoa, o 2 tazas de agua por cada 1 taza de quinoa seca. Se puede utilizar otro líquido además del agua, como caldo de pollo, de verduras o de champiñones , que aportará un sabor agradable al plato terminado.
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Enjuagar la quinua
La quinua tiene una capa externa natural llamada saponina que puede darle un sabor amargo al grano cocido. Para eliminarla, debes enjuagar la quinua para eliminar cualquier residuo de la semilla. Esta tarea ya se ha realizado en algunas quinuas envasadas, pero es posible que quieras repetir el proceso si no estás seguro.
Para enjuagar el grano, vierta la quinua cruda en un colador de malla fina y enjuáguela con agua corriente fría durante dos o tres minutos, agitando las semillas con las manos para eliminar cualquier residuo. Escurra bien.
Si no tienes un colador de malla, puedes colocar la quinua en un recipiente grande con agua durante varios minutos y luego cambiar el agua y repetir el proceso para asegurarte de que la quinua esté bien enjuagada. Asegúrate de mezclarla con las manos durante este proceso para eliminar cualquier residuo.
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Tostar la quinoa
Este es un paso opcional, pero tostar los granos resaltará su sabor a nuez y su dulzura y hará que el producto final tenga más sabor (similar a cuando se prepara arroz pilaf). En la cacerola en la que planeas cocinar la quinoa, agrega un chorrito de aceite de oliva o canola y caliéntalo a fuego medio-bajo. Agrega la quinoa escurrida y, revolviendo constantemente, tuesta los granos hasta que se doren, de 4 a 6 minutos. Solo obsérvalo con atención y continúa revolviendo, ya que la quinoa se puede quemar fácilmente.
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Cocinar la quinua
Añade el agua (u otro líquido) a la quinua, teniendo en cuenta la proporción 2:1. Sube el fuego al máximo y deja que el líquido y la quinua hiervan. Una vez que haya hervido por completo, baja el fuego a medio-bajo, tapa la cacerola y cocina a fuego lento la quinua durante 15 minutos o hasta que se absorba toda el agua y los granos se hayan “abierto”. Si queda un poco de líquido en el fondo de la cacerola, puedes retirarla del fuego, pero dejarla tapada durante 5 minutos para que se absorba el líquido restante.
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Uso o almacenamiento de la quinua
Una vez que la quinoa haya terminado de cocinarse, esponjela con un tenedor. Ya está lista para usarla. Puede disfrutarla en ensaladas, como cereal para el desayuno o en recetas en las que normalmente usaría arroz, como pimientos rellenos .
Si no piensas utilizar toda la quinoa cocida, puedes guardarla en un recipiente tapado en el refrigerador durante tres días.