Si eres amante de los hongos, te agradecerás que hagas acopio de tus variedades favoritas cuando estén en temporada. Luego, congélalos hasta que estés listo para usarlos en todos tus platos favoritos y asegúrate de no desperdiciar ni uno solo si tienes algunos a mano.
Elija hongos que tengan un aspecto y un olor frescos. Evite los hongos que estén secos, arrugados, oscurecidos, mohosos, con manchas feas o que desprendan un olor desagradable. Congele solo hongos que estén en buenas condiciones.
Lave los hongos con agua fría y corte los extremos de los tallos. Los hongos que midan más de una pulgada de diámetro deben cortarse en rodajas o en cuartos.
La congelación cambiará el color y la textura de los hongos, haciéndolos más oscuros y más suaves.
Los hongos al vapor duran más tiempo en el congelador que los hongos salteados.
Los hongos deben cocinarse antes de congelarlos. Hay dos formas de lograrlo:
Salteado: Calienta los hongos en una sartén con un poco de mantequilla o aceite a fuego alto. Cocínalos durante unos cinco minutos o hasta que los hongos estén completamente cocidos y la mayor parte del líquido se haya evaporado.
Cocción al vapor: para minimizar el efecto de oscurecimiento de la cocción al vapor, sumerja los hongos en una solución de una cucharadita de jugo de limón o 1 1/2 cucharadita de ácido cítrico por medio litro de agua durante cinco minutos. Luego, cocínelos al vapor siguiendo estos tiempos recomendados:
- Champiñones enteros: 5 minutos
- Champiñones: 3 minutos y medio
- Champiñones en cuartos: 3 minutos y medio
- Champiñones en rodajas: 3 minutos
Deje que los hongos se enfríen por completo. Luego, extiéndalos en una placa para horno y congélelos rápidamente. Una vez que estén completamente congelados, use una espátula para levantar los hongos de la placa para horno. Luego, póngalos en recipientes o bolsas aptos para el congelador, dejando media pulgada de espacio libre para que se expandan, y regréselos al congelador.
Saque todo el aire que pueda antes de sellar los recipientes. Esto ayudará a evitar que se quemen por congelación. Los hongos congelados deben usarse dentro del año, aunque cuanto antes mejor.
Utilice un FoodSaver de Amazon para envasar al vacío sus hongos. Dado que tienen un alto contenido de agua, los hongos son más propensos a sufrir quemaduras por congelación que otros alimentos.
Tenga en cuenta que, a veces, lavar los hongos puede dejarlos empapados y provocar quemaduras por congelación. Algunas personas prefieren simplemente cepillarlos o limpiarlos antes de guardarlos en el congelador.
Coloca los trozos de hongos congelados directamente en las recetas que se van a calentar o descongélalos en el refrigerador antes de usarlos. Como congelaste los hongos individualmente, podrás sacar solo lo que necesitas para tu receta.
Si los hongos frescos no duran tanto tiempo en el refrigerador como quisieras, podría deberse a la forma en que los estás almacenando. Evita apilar cosas sobre ellos para evitar que se magullen y mantenlos alejados de alimentos que tengan un olor fuerte, ya que los hongos son como esponjas y absorberán el aroma.
Si el espacio en el congelador es limitado, intente comprar hongos secos (o séquelos usted mismo) en lugar de congelarlos frescos. Son fáciles de rehidratar cuando los necesita y ocupan muy poco espacio.