Secar hierbas es una excelente manera de prolongar el sabor de una cosecha abundante. Funciona mejor con hierbas como hojas de laurel, orégano, romero, salvia y tomillo, y hay un par de métodos que puedes usar. La forma más rápida es usar el microondas.
Tradicionalmente, las hierbas se cuelgan para que se sequen. Esta opción de baja tecnología implica atar las hierbas limpias en manojos por los tallos con hilo de cocina, hilo de algodón o bandas elásticas. Luego se cuelgan boca abajo para que se sequen en un lugar fresco, preferiblemente no soleado, hasta que estén completamente secas. Esto suele tardar hasta varias semanas.
Afortunadamente, si no quieres esperar o no tienes espacio extra para secar hierbas, es rápido y fácil secarlas en un horno microondas.
Para secar hierbas en el microondas solo se necesitan dos pasos muy simples:
- Asegúrate de que las hierbas estén completamente limpias primero. Lava las hierbas con agua fría, agitándolas para eliminar la suciedad o el polvo de las hojas. Retira las hierbas del agua y sécalas bien con toallas de papel o un paño de cocina limpio. Quita y desecha los tallos.
- Coloque las hojas de hierbas limpias en una sola capa sobre un plato apto para microondas. Caliéntelas en sesiones de 30 segundos, dando vuelta las hojas entre cada sesión. Repita hasta que las hojas estén completamente secas y quebradizas. Por lo general, esto llevará de 4 a 6 sesiones (un tiempo total de cocción en microondas de 2 a 3 minutos).
En lo que respecta al secado, no todas las hierbas son iguales. Las delicadas verduras de hoja verde pierden demasiado sabor cuando se secan. Sin embargo, las hierbas más fuertes y leñosas pueden resistir la deshidratación y aún así tener mucho sabor para compartir. Estas son las mejores hierbas para secar:
No te molestes en secar hierbas delicadas como el perejil o la albahaca . El perifollo, el eneldo y el cilantro entran en la misma categoría. Estas hierbas tiernas y frondosas se convierten en un polvo de sabor vago cuando se secan. Prueba a congelarlas para conservar todo su sabor.
Una excepción a la regla es la menta. La menta seca no tiene el mismo sabor intenso que cuando está fresca. Sin embargo, en algunos usos (aderezos para ensaladas y adobos, por ejemplo) su sabor más suave y sabroso puede resultar bastante agradable.
Una vez que las hierbas estén secas, es importante almacenarlas adecuadamente. Lo mejor es guardar las hierbas secas en recipientes herméticos, como frascos de vidrio con tapa de rosca. También puedes reutilizar frascos que hayan contenido otras especias y hierbas.
A muchas personas les gusta guardar las hierbas lo más enteras posible y desmenuzarlas solo cuando llega el momento de agregarlas a la comida. Si desea trocearlas para que quepan en frascos o necesita empaquetarlas bien, también está bien.